HUEVOS DE REPTILES Y AVES.

 EL HUEVO AMNIÓTICO

Todos los amniotas tienen huevos con cuatro membranas extraembrionarias: el amnios, el alantoides, el corion y el saco vitelino. El amnios envuelve al embrión en un líquido que lo protege de golpes y le proporciona un medio acuoso idóneo para su crecimiento. Los residuos del metabolismo se retienen en un saco formado por el alantoides.

El corion rodea todo el contenido del huevo y, al igual que el alantoides, está muy vascularizado. De esta manera, el corion y el alantoides constituyen un órgano respiratorio eficaz a la hora de eliminar el dióxido de carbono y tomar oxígeno.

La mayoría de los huevos amnióticos están protegidos por una cáscara mineralizada y flexible en muchos casos; la gran mayoría de los mamíferoslagartos y serpientes carecen de huevos con cáscara. Ésta constituye una protección mecánica de vital importancia, sobre todo para las aves, y una barrera semipermeable que permite el trasiego de gases a la par que limita la pérdida de agua.

Al igual que los huevos anamnióticos, los huevos amnióticos poseen un saco vitelino para el almacenamiento de nutrientes y tiende a ser mayor en éstos últimos. En marsupiales y mamíferos placentarios, el saco vitelino no acumula vitelo; sino que forma una placenta temporal o persistente con el fin de intercambiar nutrientes, gases y residuos entre el embrión y la madre.

Ventajas evolutivas del huevo amniótico

Si bien muchos huevos amnióticos, como los de las tortugas, deben enterrarse en suelos húmedos o depositarse en zonas con alta humedad, la mayoría de huevos amnióticos pueden dejarse en lugares tremendamente secos para cualquier anfibio. Es evidente que la evolución de los huevos amnióticos fue un factor fundamental para el éxito en tierra de los tetrápodos.

Probablemente, una ventaja selectiva todavía más transcendental del huevo amniótico fuera que permitió el desarrollo de un embrión de mayor tamaño y de crecimiento más acelerado. Los huevos anamnióticos están protegidos en su práctica totalidad por una gruesa capa gelatinosa, la cual no resulta adecuada para huevos grandes y restringe considerablemente la entrada de oxígeno hacia el interior del huevo.

Una hipótesis propone que el primer paso en la evolución del huevo amniótico consistió en la sustitución de la capa gelatinosa por una cáscara, la cual lo dotó de una mejor protección y una acrecentada tasa de transferencia de oxígeno.

Asimismo, el calcio depositado sobre la cáscara lo puede disolver y absorber el embrión en crecimiento y servirle de este modo la materia prima necesaria para la estructuración de su esqueleto. Esta hipótesis se ve sustentada por estudios fisiológicos, los cuales demuestran que los embriones de especies con huevos amnióticos pequeños cuentan con una tasa metabólica tres veces superior que la de los huevos anamnióticos de tamaño similar.

Bibliografía
 

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